10.7.09

Galería Medellín 174.Expo Reconstrucciones Lumínicas








…Pero aquí hay otras ciudades, un tiempo

de pliegues diferentes, un devenir restituido…

(Mundos a medianoche, David Huerta)


Se dice que “de noche todos los gatos son pardos”, lo cierto es que además de esta observación cromática, la noche transforma la realidad más allá de la evidente llegada de la oscuridad. Quienes transitan en sus penumbras lo saben y atesoran como si de un conocimiento oculto se tratara.

Testigo de los bastos territorios nocturnos, la pintura de Elizabeth De Jesús nos invita a deambular por esos paisajes dueños del silencio y la quietud que sólo conoce el insomnio.

Elizabeth De Jesús es una joven artista que cree en la pintura como un medio para reconstruir la memoria, en su obra, combina referencias fotográficas de lugares con el acento de la experiencia –in situ- que los mismos le proporcionan. El objetivo es que los cuadros sean algo más que simples descripciones de espacios más o menos solitarios. Elizabeth De Jesús, sabe que ese es el poder de la pintura; provocar una experiencia que trascienda la imagen. Para ello, parece decirnos con su trabajo, se requiere el oficio sí, pero también la emoción.

Así lo demuestran las obras que ahora nos presenta bajo el título de Reconstrucciones Lumínicas en la Galería Medellín 174. Flashazos de la memoria, estas pinturas, aparecen ante nosotros en una insólita convergencia de claridad y misterio, como si el empeño y la destreza que muestran en su ejecución no fueran suficientes para despejar la interrogante que plantean. Pintura en contradicción, escenarios deshabitados llenos de presencia humana, exteriores oscuros, interiores iluminados, nocturnos urbanos visibles gracias a la pirotecnia artificial de nuestras invenciones, luz sí, pero luz neón, suplantación del día que sólo evidencia la soledad de esas altas horas donde la vida transcurre en un tiempo alterado.

Pero no es sólo esto lo que nos dice Reconstrucciones Lumínicas de Elizabeth De Jesús, lo que estos cuadros, estas series, nos muestran también, es la vitalidad de un género, la pintura, que sigue fascinando a nuevas generaciones de artistas más allá de estériles discusiones postconceptuales. Quienes como Elizabeth De Jesús mantienen el ejercicio de la pintura hoy día saben que el reto sigue siendo inmenso y que su práctica requiere –entre otras cosas- pasión y valor.

Los resultados como lo enseña Elizabeth De Jesús Espinosa valen la pena.


Francisco Castro Leñero

20 de febrero 2009